
Lo interesante de todo es que el tema dio para noticias, e incluso es la portada del diario Las Ultimas Noticias de hoy.
¿Se merece Bam-Bam el "pago de Chile"? ... ¿no era él el ídolo que todos amaban?
Iván Zamorano fue un destacado futbolista, un gran valor de la selección nacional y que le dio mística al equipo para lograr clasificar al Mundial de Francia 1998. Pero, por mucho que haya sido un buen futbolista, y deportista, sus meritos empiezan y probablemente terminan ahí también. El que haya sido exitoso deportivamente no tiene nada que ver con sus cualidades personales, y menos con sus ideas o con las obras que apoye.
A nosotros los chilenos, y también a otros países latinoamericanos, nos gusta mucho "endiosar" a las figuras conocidas, y queremos que sean "buenos" y/o exitosos en todo, cuando la verdad es que los contra-ejemplos son muchos, o acaso ¿alguien cree que el Chino Rios lleva una vida ejemplar y digna de imitar (obviamente sin contar su éxitos en el tenis) ?
Lamentablemente Bam-Bam se creyó el cuento mediático, y si bien parecía que había aprendido la dura lección después de su fallido matrimonio con la Quenita Larraín, hemos visto que no. De hecho, sus asesores fueron bien poco sagaces de que su contrato terminaba justo cuando empezaba el Transantiago, como si eso fuera a aminorar las críticas. Bam-Bam no es el responsable del Transantiago, eso es fácil de entender, pero mucho más importante que eso son las percepciones de la gente, y ahí es donde Bam-Bam y sus asesores no fueron capaces de preveer que cualquier problema obviamente le sería adjudicado y como el contrato habría terminado ... no habría forma de mitigar la "mala imagen".
Mejor le hubiera ido si se presentaba de candidato a alcalde, diputado o senador, ya que tendría asegurada tribuna para hablar, hablar y hablar ..... (y además trabajar poco).